Laura Astorga Monestel Costa Rica
Réunion San José 
Agosto,  2018
Exhibition



ANTOLOGÍA GRÁFICA DEL DESECHO

Laura Astorga-Monestel (Julio 2018)

Lo que define a la basura es el abandono. Sólo son basura aquellas cosas a las que ya no les encontramos uso, valor de archivo o recambio, tal vez porque ya no podemos re-imaginarlas como algo después de la función que tenían cuando las adquirimos, como si ser fuera servir para algo. Los materiales son en sí mismos un proceso y, más allá de la necesidad del reciclaje como ética ambiental y práctica artística, las obras aquí expuestas surgen de la conciencia de que el arte es una etapa más en el proceso continuo de transformación de las cosas.

No son objetos inservibles, sino que han sido abandonados después de cumplir uno más de sus ciclos: el plástico empezó siendo un desecho de petróleo ‒petróleo que a su vez es un desecho de materia orgánica‒; el metal, que es un desecho mineral, deja de formar parte de herramientas o engranajes y vuelve a servir como huesos y líneas de dibujos que, por alguna rara mutación, se ven como esculturas; la madera ‒un tronco que soporta camas, mesas, casas y otros objetos útiles‒ se transforma en basura orgánica, momentánea, y vuelve al suelo a ser humus y abono, y ahora soporte ‒otra vez‒ para estas obras.

Donde otros ven basura, Laura Astorga-Monestel ve proyectos inconclusos, la búsqueda de un nuevo entorno para cosas que poco a poco encuentran su lugar en el Tetris domiciliar, en la caja de caos que es una casa. Igual que entre la basura, esta muestra escarba entre los trabajos previos y desechados de la artista porque el arte, como las cosas, está en continua transformación, en un largo tránsito de vidas útiles marcadas por diferentes urgencias y apegos. Uno sólo cree botar la basura. En realidad, apenas la reubica, y ella encuentra el modo de volver a uno por medio de las alcantarillas, los cauces de los ríos, los oleajes del mar y los estómagos de animales que luego serán nuestra comida.

Juan José Millás sugiere limpiar la basura antes de botarla, porque alguien más la recibirá y tendrá que ver qué hacer con ella. El trabajo de Laura Astorga-Monestel traza las líneas que unen esos ciclos, limpiando y redefiniendo la utilidad de las cosas. Su trabajo desecha la desechabilidad, promueve ese derecho que nadie quiere ‒el derecho al desecho‒ y busca que, como en el poema “Basura” de A.R. Ammons, “no se derrame el fluir de la creatividad, lo que viene aflorando”.