RÉUNION San José

Directed by Ingrid Cordero, Carlos Fernández and Sofía Villena

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RESIDENCIAS 2020
Réunion San José

Una conversación con la artista costarricense durante las Residencias 2020, Sofía Ureña.



R. ¿Cómo defines conceptos como el control o el dominio en un trabajo con resultados efímeros?

Si bien es cierto que mis procesos requieren de muchísimo control; trabajo a partir de recetas, instructivos y técnicas previamente estudiadas que implican a su vez un sin fin de variables, las cuales me he dado a la tarea de ir clasificando y que necesitan ser controladas para obtener resultados específicos. Conforme mi proceso avanza, aumenta mi capacidad para identificar variables que salen a la luz al manifestarse como resultados sorprendentes y en algunos casos -inesperados- por lo que mi percepción de un trabajo con resultados efímeros ha ido cambiando; en un inicio me empeñaba por registrar todo con el objetivo de controlar cada resultado; ahora mis registros son más bien una forma de documentar una serie de variables materializadas en un espacio y tiempo en particular, y con esto captar ese instante, sin aferrarme a él, para entonces darles la oportunidad de seguir cambiando.

Entiendo el control como una oportunidad puesto que cada vez que inicio un cultivo es como volver a una base sólida; partir de una receta que requiere de cantidades, ingredientes y procedimientos específicos pero que son solo eso, una base sólida -sugerida- desde la cual partir y sobre ella -la posibilidad- de cultivar algo nuevo. Es aquí donde entran en juego todas las variables de las que les hablaba: presentes en la materia prima, en los procedimientos, en el espacio, las condiciones climáticas y atmosféricas; todas reflejadas en los resultados efímeros de mi investigación.

R. Y meditando en torno al concepto de tiempo, ¿cómo percibe tu proceso el paso del tiempo?

El tiempo es uno de los conceptos que más me fascina relacionar a mi proceso y lo entiendo desde dos direcciones: la lineal y la circular; y que aunque sean términos por así decirlo paralelos resultan necesarios para su coexistencia. Por ejemplo: entender el tiempo desde lo lineal ayuda fácilmente a identificar un punto de partida y uno de llegada; es decir un inicio y un eventual final. Pero la realidad es que entre ese punto de partida y ese punto de llegada existen también un sin fin de acontecimientos, los cuales no precisamente ocurren de forma consecutiva y que a mi parecer son igual de valiosos al aportar mucha más información de la que creemos necesitar, y que lamentablemente suele pasar desapercibida al encontrarnos en un contexto muy particular donde decidimos ignorar los procesos para concentrarnos únicamente en los resultados.

Estos acontecimientos yo los denomino como “la memoria” de los materiales y en relación a ellos me propongo escuchar, puesto que este ejercicio de escucha es necesario para primero entender el material es decir: de donde viene, cuales son sus características y sus debilidades para entonces posteriormente imaginar su potencial. Curiosamente el tiempo también tiene mucha incidencia en esta memoria pues determina tanto propiedades físicas como la resistencia (entre más tiempo se deje una celulosa crecer, mayor será su grosor por ende mayor su resistencia) así como también el uso y desuso según el desgaste de un material.

Entender el tiempo de forma lineal me permite visualizar etapas claras de mi proceso: cultivar, lavar, secar y registrar (a veces de forma consecutiva y a veces simultánea) así como también aquello a lo que le llamo “etapas de vida de los objetos”: diseñar, construir, utilizar, reparar y desechar; todo esto

para llevarme a la conclusión que donde termina un proceso inicia uno nuevo y lo que consideraba un punto de llegada se convierte en un punto de partida; es aquí donde se encuentra la coexistencia con el entender el tiempo de forma circular.

R. El hombre se ha desvinculado tanto de la naturaleza, que ha olvidado el propósito mismo del ciclo natural de los materiales, ¿cómo repensar los materiales del futuro?

El problema no recae únicamente en los materiales que han sido creados y que niegan su retorno a la tierra, sino también en la dinámica bajo la cual han sido utilizados y poco el aprovechamiento que le hemos dado a esa cualidad de persistir en el tiempo. Más allá de repensar los materiales del futuro, es urgente repensar los materiales del presente; no porque no sea necesario el imaginar nuevos materiales, idealmente más conscientes y de preferencia sostenibles, si no porque mientras ese futuro llega hay un presente por resolver vinculado a las materialidades y sus dinámicas de consumo.

En mi caso en particular, tome la decisión de asumir el reto por la investigación de materiales alternativos sin embargo, de forma intuitiva, asumi que era casi imposible resolverlo todo desde un solo material y que de ser así necesitaría complementarlo con otro tipo de materiales que tuvieran cualidades distintas a la celulosa pero que al combinarlos fuera posible crear algo que también es nuevo. Con esto retomo la idea de entender el tiempo de forma circular, puesto que por un lado me encuentro generando una fibra desde cero y que al realizar el ejercicio de escucha que les comentaba, he logrado determinar las cualidades que me interesa potenciar pero para hacerlo necesito ayuda de otros materiales (más sólidos, más fuertes, más estables) y encuentro aquí la oportunidad no solo de potenciar la celulosa como un material alternativo si no también de prolongar la vida de otros materiales/objetos, que son considerados como desecho y que de alguna forma permiten este juego e intercambio entre lo que parece una posibilidad futura pero aterrizada en el presente.

Creo también que para repensar los materiales es necesario primero conocer los que ya tenemos; si tan solo nos tomáramos la molestia de conocer el proceso implicado para la creación de los materiales que consumimos nos sería más fácil valorararlos.


 Materialidades aplicadas, celulosa bacteriana. Sofia Ureña Rivera 2020



R. ¿Qué te dicen las bacterias con las que trabajas? ¿Cuál es el mensaje de los tejidos vivos que ayudas a multiplicarse?

Trabajar con materia viva implica un compromiso, no solo con el ambiente si no con el material mismo; se requiere de ciertos cuidados, mantenimiento y condiciones tanto para multiplicarse como para su aprovechamiento. Por otra parte, uno de mis intereses más recurrentes ha sido el relacionar el textil con lo natural, la ciencia y actividades como la agricultura; esto como una “metodología empírica” desde la cual aproximarse con el fin de entender el textil como un proceso y no solo como un resultado. De aquí el porqué utilizo frecuentemente el término de - cultivar - ya que este concepto implica preparar un terreno, ver las cosas crecer y para que este crecimiento sea posible se requiere tanto de recursos como de constancia y disciplina. Por otra parte, si bien es cierto, esta conexión entre el material con la tierra no se da durante su proceso de cultivo/crecimiento sin embargo si se piensa y agradece como destino un último, que le permita al mismo el integrarse al ecosistema para su eventual desaparición.

Al ser partícipe del cultivo de bacterias he experimentado: “la sensación de haber empezado muchas veces” , lo maravillo de ver las cosas crecer y aceptar las “derrotas” como resultados igual de válidos; y digo “derrotas” porque iban en contra de mis pronósticos, pero de estas aprendí a trabajar de la mano con lo inesperado puesto que al tratarse de una materia viva no solo se multiplica si no que también provoca cambios en el entorno donde se inserta y a la vez en ella refleja lo que su entorno le provoca. Por otra parte ha sido indispensable el librarse de las expectativas que pretenden que un material alternativo cumpla con ciertos requisitos y/o propiedades, así como también un comportamiento determinado para con ello sustituir a los ya existentes; en su lugar estos tejidos vivos me piden entablar vínculos entre ellxs y/o con otros materiales ya existentes en búsqueda no de sustituir sino más bien de complementar para entonces redefinir lo que entendemos por conceptos como el consumo.

En palabras resumidas y hasta el día de hoy este es el mensaje: una oportunidad para apreciar y reconectar con esta y otras materialidades, entender de dónde vienen, sus procesos, resultados y desenlaces. Cultivar estos tejidos vivos ha sido fundamental para entenderme a mí misma y a su vez aquellos vínculos que he generado con mi entorno desde un lugar más consciente y desacelerado.


R. ¿Cómo afectaron las condiciones de un clima tropical  durante tu estancia en Réunion San José en tu trabajo? A simple vista parece una competencia entre las condiciones climáticas  naturales vrs el material.

Con respecto a los hallazgos y/o procesos percibidos durante la estancia en Reunión, creo que esta oportunidad me permitió en primera instancia el “desacelerarme”, casi que a la fuerza y con el objetivo de llevar esta investigación a un ritmo propio para entonces dedicar mi energía a resolver inquietudes propias que estuvieron en su motivadas por la escucha y reflexión material; esto en su momento fue abrumador puesto que constantemente me enfrento a exigencias tanto internas como externas vinculadas a la noción del término de -producción- entendidas desde lo cuantitativo, lo que suma y acumula pero no siempre con un propósito claro.

Luego de esta etapa de -desaceleramiento- vino una de acomodo y convivencia: empezar a cultivar implicó el inicio de un ciclo en condiciones muy distintas a las que tenía anteriormente, con mucha más libertad y autonomía (tanto para mi como para mis bacterias). En particular me interesa destacar que muchas de las actividades que realice durante la estancia en Reunión ya las había realizado previamente, pero tomaron aca otro significado, en parte por lo invasivo y caótico de las condiciones climáticas presentes. Pero me parece que estos adjetivos tienen una connotación un tanto negativa y que en mi caso resultan muy favorecedoras, ya que es negable lo mucho que disfruto observar cada una de las láminas de celulosa y con esto la posibilidad de contemplar cada una de sus etapas de vida. De hecho, previo a la residencia, había experimentado con mayor auge etapas de crecimiento de estos tejidos (en mi casa de habitación, donde iniciaron los primeros cultivos) y luego inicie una exploración tanto de las propiedades como de los alcances del material, la cual vincule con la residencia al proponer construir una serie de prototipos para objetos utilizando estos tejidos vivos en combinación con otros materiales.

Sin embargo, simultáneamente a la construcción de estos objetos, un fenómeno muy interesante ocurrió; la degradación del material o bien la transformación del mismo ante el cambio atmosférico. Y hago énfasis en esto porque me permitió, desde esto invasivo y caótico reflejado en el material, visualizar la importancia de buscar un equilibrio entre los materiales que seleccionamos y el entorno dentro del cual nos desarrollamos. Esto porque las materialidades siempre responden a un contexto en específico pero en función de la comodidad del ser humano,y en mi caso, prefiero hacer una lectura tratando de entender los materiales según su relación con el espacio, buscando que esta sea lo más amigable posible y en ambas direcciones, para habiendo definido este equilibrio, imaginar sus posibles aplicaciones.

Sofía Ureña es Bachiller en Arte y Comunicación Visual con énfasis en Textiles de la Universidad Nacional. Su producción visual es el resultado de una investigación sobre cómo generar materiales alternativos, a partir del cultivo de celulosa bacteriana, para la producción de objetos textiles amigables con el ambiente.  
RESIDENCIAS 2020
Réunion San José



Llegue a los 3 años y medio a Brasil, de Benjamin Aceval en el chaco paraguayo a Sao Bernardo do Campo, parte de la gran Sao Paulo. Empezaba la escuela y aprendí el estigma que se carga al ser paraguayo en Brasil: son traficantes de mercaderías falsificadas que traen productos de mala calidad, artículos piratas etc. O sea, en mi doble nacionalidad se enuncia discretamente un epíteto superficialmente cruel y que a pocos me iba dar cuenta y que trataría de esconder: yo soy un brasileño paraguayo, que se traduce a un “brasileño falsificado, pirata, de baja calidad...”. No me sorprende hoy lo pésimo que soy en fútbol.




A los 16, en las tardes noches me escondía con muy pocas personas en un bar de Maletta en BH. Un chileno gestiona el local, a lo que no faltaba una mezcla de ritmos que en Costa Rica volvería a escuchar y bailar. Entre música, algunos amigos, extraños simpáticos y el viento que entraba en la varanda de este segundo piso, me sentía seguro. Para ese entonces ya había cambiado de casa unas cuantas veces, cada ciudad se distanciaba en promedio de 1350 km una de la otra, ningún lugar era parecido con el anterior, pero tampoco era tan diferente.  Las grandes ciudades latinoamericanas sufren de esa crisis de identidad entre su herencia colonial, las líneas frágiles de un modernismo que nunca pudo llegar del todo, y la velocidad del popurrí contemporáneo. Nunca me dio chance de conocer muchísimo ninguno de esos lugares, así que era bueno tener un punto de referencia nuevo, que no fuera mi colegio o mi casa.

Allí en el Maletta,  a una crush, confesé mi identidad secreta. Hacía tiempo que no mencionaba eso con tanta fe.

Con la burla deformando su rostro me hizo una sugerencia, que hoy, en medio de este año tan confuso; quizá con la misma edad que tenía ella en aquel entonces, vuelvo a acordarme. Dijo:
  • Deberías tatuarte “made in taiwan” aquí - en un giro súbito, torció su cuerpo en la silla; con la mano que sostenía el cigarro alzaba su pelo y con la otra, señalaba ese punto en medio de los omoplatos que separa la cabeza del cuerpo.

Luego, entre un sorbo de cerveza y otro, volvió a relajarse sobre su silla y se rió.

Paraguay dejó de ser mi origen oculto: Ahora solo era parte de una ruta de tránsito, un pasaje.





Este año, en la oscilación del esfuerzo de concentración que he logrado, me ha llevado repensar esas distancias y la condición que mi cuerpo asume en los espacios donde he podido desarrollar mi práctica artística.


De eso he platicado con los chicxs de Réunion.


En 2019, en Beta-Local, en Puerto Rico, entendí que mi cuerpo con la cámara ocupa el lugar del turista depredador que produce y consume las mismas imágenes una y otra vez. Paradójicamente, las personas que me enseñaban a ver PR me explicaban la realidad local desde la óptica de los nacionales, desde la mirada hermosa, afectuosa y potente de lxs boricuas: se hacia evidente la práctica predatoria y consumista que termina definiendo las relaciones de poder entre los colonizadores y los colonizados en este tipo de turismo.

Las fotos de registro que recopila eran el origen de la contradicción del cuerpo del turista (o del colonizador) que trata de entender la mirada del colonizado (el local). En esta relación, el absurdo y los exageros que invaden el paisaje son evidentes. Nacen nuevas preguntas dentro de mi producción: ¿desde dónde veo? ¿Qué contienen estas imágenes que produzco? ¿Qué realidad se está produciendo en las imágenes que hago?


Mientras le enseñaba los proyectos que estaba desarrollando en la residencia a una artista puertorriqueña, ella me cuestionaba esta relación, decía algo como:

-En los videos que estas haciendo hablas de “nosotros” y de “ellos”,  aunque existe un “ellos”, tu te colocas en el “nosotros”, colocas en una voz colectiva de la que no sos parte,  tus palabras.

Ser y no ser parte, estar adentro y afuera. Estar afuera y querer ver como los de adentro. El deseo de pertenecer a algo que no logro entender del todo.


Quizá la captura del horizonte no es un acto de definición de un espacio externo. Esta captura se convierte en el ejercicio de una mirada que trata de ver lo que está afuera desde adentro: un ejercicio fallido por las propias limitaciones físicas, técnicas, materiales y mentales que lo condiciona. Lo que se revela es la descripción del entorno donde esa mirada, que no pertenece, existe. La fotografía del horizonte no revela la extensión  de un paisaje, sino que definen los elementos  que componen una interioridad.



Al final de la residencia La Práctica, produje una pieza titulada “una prueba para el horizonte”. Esta consiste en alinear las líneas del horizonte de varios recortes de revistas a lo largo de una estructura de madera de aproximadamente 10 metros. En esta estructura las imágenes son colocadas a la altura de los ojos del observador tratando de emular, en su heterogeneidad, un horizonte que se continua en cada imagen. Sin embargo, pensando en las palabras de la  artista, no es un horizonte que define un “nosotros” y un “ellos”, es una línea que define la generalidad de un elemento formal compositivo, una línea horizontal sobre un largo plano. A diferencia de los videos, esta instalación, no se disfraza en una voz colectiva, sino que trata de engañar la mirada distraída desde un ordenamiento de imágenes diversas.


La estructura donde se sostienen las imágenes no se esconde, si no que son elementos formales que hacen parte de la instalación, revelan el artificio. Tampoco a las imágenes se trata de esconder su origen, en su mayoría se pueden leer la información  que la acompañaba en la página de la revista de la cual fue extraída: titulares, publicidad, nombre de marcas, número de página, copyright etc. El artificio que la constituye está revelado, la mirada se dispersa con facilidad.


Quizá el deslice por esa falta de identificación (no tener un “nostros” para ser parte o un otro al que antagonizar) es una posibilidad para esta “prueba”, la producción de un horizonte “perfecto” al que mirar y desear, el lugar a donde ir y pertenecer.

Pero parece poco probable.

No hay un esfuerzo, una búsqueda por hacerlo real. Por lo contrario la imagen que se forma es completamente artificial y no persuade, no engaña. El horizonte es una excusa para organizar algo que escapa completamente del control. La idea de un horizonte fabricado como lugar del deseo también escondería una cosa mucho más clara, un destino, el lugar donde se quiere llegar. Evidentemente, en un horizonte fracturado como este, la mirada no se detiene en un objetivo específico, está recorre la continuidad de la línea de un extremo a otro.


Quizá, como un producto falsificado, que trata de disfrazarse y legitimarse en su apariencia, pasar desapercibido en la confusión de símbolos, que trata disfrazarse en medio de un colectivo que se uniformiza y cumple con sus mandatos. Producir un horizonte defectuoso que pretende posicionarse como un destino, un destino que no funciona porque trata de abarcar todos los destinos, todas las rutas y por eso mismo no logra satisfacer la complejidad de ninguno de los caminos, es imposible recorrerlo.


La falsificación de este horizonte, no era en sí una prueba a una forma de representación o un anhelo o búsqueda de un destino ideal: no genera un paisaje perfecto, no construye la ciudad de los sueños, o el refugio tan esperados; no es tampoco una invitación a avanzar hacia la utopía o al escape. Es un desorden que trata de aparentar organizada y que revela su estructura para no engañar a otros. La instalación, ahora, no parece apuntar a un objetivo, sino que evidencia la confusión de una mirada que no sabe a donde apuntar y de un cuerpo que no sabe dónde está para ver. Quizá es un horizonte made in taiwan.


Sobre el autor: ¿El mundo empiezan o terminan en las imágenes? ¿Qué ocurre cuando partimos una imagen en dos? ¿El mundo acaba o se hace más grande? ¿Cuando se unen un nuevo mundo inicia? Estas son algunas preguntas que rodean el trabajo de Guillermo Boehler. Él usa las nociones de montaje y desmontaje en el rompecabezas como herramienta para estudiar el funcionamiento de la imagen, para generar brechas dentro de ellas y abrir un campo diferente para la imaginación. Actualmente, su práctica se traslada del collage a otras formas (foto, video e instalación) y en esos proyectos busca responder estas preguntas para descubrir con cuáles mundos somos capaces de jugar. Guillermo Boehler es artista visual, nació en Brasil en 1994. Vive y trabaja en San José, Costa Rica.
RESIDENCIAS 2020
Réunion San José 





RÉUNION : Residencias para artistas 2020
Escazú


El programa de residencias en Reunión comenzó de forma orgánica como una respuesta al diálogo con varixs artistas en Costa Rica que, habiendo recibido una oportunidad de exposición/residencia fuera del país, carecían de un espacio físico para desarrollar su obra.

De tal modo, consideramos que Reunión puede continuar extendiendo la mano ofreciendo este espacio de trabajo a una diversidad más amplia de artistas locales.

Lugar: Réunion (Escazú, San José, Costa Rica)
Cupos: Cuatro
Fechas disponibles: Mayo - Junio y Julio - Agosto
Duración: dos meses como máximo.

Convocatoria: del Lunes 24 de febrero al Domingo 15 de marzo

La publicación de seleccionadxs se realizará el 31 de marzo.

¿Quiénes pueden participar?
Artistas visuales, artistas escénicos, multidisciplinarios y experimentales basadxs en Costa Rica. La propuesta debe contemplar un proyecto en específico que se justifique en el marco de tiempo que la residencia ofrece. Se priorizará la selección de artistas que además cuenten con una oportunidad confirmada de exposición/residencia en el extranjero durante el 2020.

Compromiso:
Lxs artistas seleccionadxs se deben comprometer a utilizar el espacio 3 veces por semana (mínimo), a cuidar del mismo y mantener una comunicación con lxs co-organizadorxs de las actividades y labores que se estarán realizando durante su permanencia.

Adicionalmente ofrecemos:
- Difusión y visibilidad por medio de nuestras redes sociales.
- Posibilidad de organizar alguna actividad para compartir el trabajo con un público.
- Visitas de estudio con lxs co-organizadorxs del espacio: Ingrid Cordero, Carlos Fernández y Sofía Villena.
- Apoyo para contactar y agendar visitas de estudios con otrxs agentes del medio artístico.

Requisitos para aplicar:
1. Llenar el formulario a continuación:
- Datos personales
- Por qué deseas participar y descripción breve del proyecto (3000 caracteres máximo)
- Puedes adjuntar planos, bocetos, etc. sobre el proyecto que propones (no es obligatorio)
3. Adjuntar CV actualizado que recoja la información esencial de estudios, exposiciones, premios y publicaciones (2 paginas máximo)
4. Adjuntar portafolio (con 3 proyectos mínimo)
 
llenar el formulario que esta en el siguiente link: Residencias para artistas 2020





 
Verónica Alfaro
Réunion San José 
agosto,  2019
Exhibition

A medida que vamos resistiendo

Verónica Alfaro

Cuando nos volvemos soporte de aquello que suele sostenernos, ¿Cómo nos preparamos para
despedirnos? Cuando un objeto-material se nos muestra frágil, ¿Cuándo decidimos imponer
distancia?

Esta muestra empieza con la necesidad de reivindicar a algunos de los puntos frágiles que
transitamos a diario, y también en la insistir en nuevas maneras en las que estos pueden
funcionar lejos de las imposiciones cotidianas.
Es es un simulacro, un plan para buscar otras maneras de sostenernos y alargar despedidas.
Empieza con una colección de objetos y materiales desterrados, de su posible lucha, de poder
vernos reflejados en ellos y de cómo construimos refugios juntxs.

Artist Website ↗ https://veronicaalfarorodriguez.com/